En su mercado, dada la crudeza del sol en estas horas mañaneras, la capital de estas llanuras acentúa su condición de espejismo, de deseo de ser ciudad destacada.
¿Cómo no va a reverberar el mundo aquí? Calor, planicie, horizonte sin límites, canícula, monotonía. Hay que parar en una buena sombra si no queremos acabar en la desdicha.